a Felipe
Falta muy poquito para conocernos.
Y la cantidad de abrazos calentitos sobre el pecho de mamá y papá que te
esperan, bichito.
Imaginé tanto tiempo esas
manitos. Con qué pestañas vas a hacernos ojito, con qué boca vas a dar los
besos más esperados y necesarios. Darte la teta y tener toda tu mirada de
paz para mí.
Todo este tiempo nos sentimos y
nos acariciamos desde la panza. Sentiste las gotitas de lluvia retumbar, la voz
de papá contándote cuentos inventados, las manos acariciándote. Siempre
preguntándome si era posible que sintieras todo el calor, y el amor, que viajaba
hacia vos, en cada caricia.
Cada vez que reí a carcajadas,
pensaba de qué forma sonreías, qué cosquillas te hacía sentir.
Cada vez que lloré, te abracé
fuerte muy fuerte para que no llegara la angustia hacia vos. Perdoname, mi
amor, si alguna vez llegó.
No fue fácil, pero tuvo todo lo
justo e intenso para volverlo único y precioso. Cuidarnos todos estos meses,
cuidarnos mucho. Manejar las ansiedades, hablarnos mucho entre las almohadas.
Soñar un día de paseo abajo del solcito, y sentir que todo valió y vale
inmensamente la pena.
Hay un montón de gente que te
espera y te llenó de mucho amor todo este tiempo. Amor en forma de abrazos, en
forma de canciones, en forma de energías hermosas viajando por kilómetros. Amor
de abuelos, de amigos, de hermanos de la vida.
Vas a llenarte de ese amor
inmenso. Vas a palparlo.
Un amor que va a acariciarte,
siempre, y a ponerte a salvo.
El amor que va a acompañarte cada
día, para sostener tus manitos chiquitas y jugar con ellas, y robarte la nariz.
Te van a gustar los colores, la
textura de las sábanas, la musiquita para dormir. Algunas canciones vas a
recordar, te lo aseguro. Mamá las cantaba, desafinada, pero más plena que
nunca.
Voy a repetirte, despacito, todos
los días, que sos lo más maravilloso de esta vida, que mirarte salva,
reconcilia, desborda. Que siempre mires con esos ojitos de amor profundo, sin
pedir nada a cambio.
Hay cuatro peludos que te esperan
con mucha ansiedad. Te sintieron todo este tiempo, te descubrieron, hicieron
tangible tu presencia en la casa. Van a ser tus amigos para siempre. Seguro van
a celarte un poco al principio, pero van a amarte y acompañarte en cada
siestita y en cada juego, incondicionales.
Hay tantas cosas que me gustaría
decirte y regalarte para siempre.
Vas a escuchar muchos discos,
pero te vas a enamorar de uno o dos, te lo aseguro. Vas a dedicar esas
canciones, las vas a hacer tuyas, se las vas a regalar a tus hijos, y vas a
recordar esta oración…
Tenés que saber que llorar está
bien, llorar, gritar e indignarse es sano y necesario. Que la vida es bella y sin
anestesia, pero siempre te da treguas, mi amor. Siempre.
Luchar es lo más gratificante que
se puede hacer en compañía de amigos, compañeros. La lucha colectiva nos
iguala, nos dignifica, no somos los mismos.
Va a dolerte el mundo muchas veces… acá estoy siempre para abrazarte,
tomarte de la mano, y hacer de este mundo un rincón más justo y más tranquilo.
Vas a descubrir que no hay nada
más sublime que los amaneceres y los atardeceres, sobre todo, si estás con
alguien que pueda sentirlos como vos.
Viajar te va a llenar siempre de
mucho placer. Hay ríos, montañas, hojitas secas, piedritas caídas en el camino,
que van a hacerte respirar profundo, y
sentir lo más etéreo y lo más tangible de esta vida.
Hay que soñar siempre, en
chiquito y en grande, en colores, solo y con amigos. Soñarte siempre con amores
y con soledades necesarias. Soñar es innato a nosotros, no podemos permitirnos
jamás que nos roben el derecho de soñar, nunca.
La humildad es uno de los valores
más importantes de esta vida, hijito. Hay que ser humildes siempre. Humildes y
generosos. Ser siempre nosotros mismos, fieles a lo que sentimos, a lo que
creemos.
Toda la vida es para jugar. Jugá
mucho, siempre, no dejes de hacerlo. Nunca dejes de hacerlo. Quiero que juegues
todo lo que tu corazón quiera, que te conviertas en el pintor más divertido, en
el constructor más atrevido, en el oso más feroz, en el cocinero más risueño,
el escritor más desfachatado, en el danzarín más libre de todos…
Que ninguna ráfaga de adultez te
haga sentir vergüenza de tirarte en el pasto a rodar, a respirar el aire cálido
de la primavera, a correr con los niños, sentir la magia de crear y compartir.
Vas a conocer el amor de los
abuelos, y va a ser tuyo para siempre. Uno de los amores más enormes y
profundos de este mundo. Los abuelos son eternos, son necesarios, la historia
que llena de sentido muchas historias. Ellos saben de barcos, trenes, caballitos,
gallinas, distintas formas de merendar, hermosas maneras de acunarte, únicos
modos de contar las estrellas.
Los abuelos son rituales, son
paseos de la mano, es el amor más enorme en dos ojitos que van a mirarte
colmados de dulzura, siempre. Vas a amarlos infinitamente. Vas a nombrarlos
mucho, vas a desearlos y ser inmensamente feliz cuando los escuches llegar.
Sé siempre libre, mi amor. Libre
y lleno de esperanzas. Reflejate siempre en lo más genuino de la vida. Van a
decirte que todo es blanco o negro, no lo creas. Hay un infinito de grises
afortunadamente. Con esos grises podemos hacer arcoíris. Sé libre siempre, sé
libre por sobre todo.
Te vamos a amar todos los
segundos de todas las horas, de todos los días de esta vida hermosa que llega
con vos.
Gracias por elegirme como tu
mamá. Voy a intentar no cometer muchos errores, hacerte reír siempre, abrazarte
infinitamente.
Gracias por elegir a papá. Matías
es el hombre más maravilloso que conocí en la vida. Es buen tipo, está hecho de
buena madera, vas a estar muy orgulloso siempre de él, como lo estoy yo. Te va
a encantar jugar con su barba.
Te amamos, te deseamos. Estamos
felices y ansiosos, radiantes, nerviosos y llorones.
Te esperan los mejores abrazos de
este mundo, mi amor.
Mamá
6 de abril de 2017