domingo, 1 de septiembre de 2013

Domingo y septiembre

Siete maneras diferentes de empezar a escribir algo que tenga sentido un domingo a la mañana. Siete modos de romper con la hoja en blanco, y el cursor que titila con modestia, como esperando la respuesta indicada, el verbo perfecto, el silencio que grita. Sabina de fondo, hablando de besos y porros. La taza de café a medio terminar, las tostadas, el pijama a rayas rosas. Demasiado domingo del otro lado de la ventana y las campanadas de la iglesia. Todo el domingo, y la hoja en blanco que me deja perpleja. ¿Adónde van las palabras que no logran decirse? ¿En qué lugar anidan, cuando las siento –a veces- tan entre las costillas y el alma, dando vueltas por el cuerpo en busca de una metáfora que las salve

5 comentarios:

Eli Portela dijo...

Volviste!

Leo Mercado dijo...

Los domingos son intratables. Desde cualquier hoja en blanco.
Un beso.

Ale dijo...

Benditos Domingos, tan llenos de melancolía y de felicidad. Tan dependientes de cómo nos sintamos con nuestra vida.

Septiembre anuncia primaveras, y mientras Sabina le canta a algún amor perdido, Pablito Milanés se reencuentra con su amada soledad entre estas cuatro paredes.

Son pequeñas cosas, fugaces, pero perfectas. Pequeñas delicias que nadie nota pero vos reflejás en tu blog. Pequeñas marcas de vida, de felicidad :)

Soledad Di Pasquale dijo...

Pequeños fueguitos, dice el amigo uruguayo...

Anónimo dijo...

Anidan metáforas en todos los rincones, amiga, hasta en los domingos. Qué bello esto.

Un abrazo gigante, colito :)

Nati.-